viernes, 22 de enero de 2010

KENPO KARATE: UN ESTILO DE DEFENSA PERSONAL

(PUBLICADO EN FEBRERO DE 1995)



Una de las críticas más extendidas hacia el Kenpo Karate de Ed Parker es la de que en sus técnicas ejecutan demasiados golpes, y que, a consecuencia de ello, sus técnicas son irreales y poco prácticas en una pelea real.

Tal cantidad de golpes se debe a la naturaleza misma del sistema, ya que siendo éste un estilo de defensa personal, su finalidad es la pelea en la calle. En el sistema Kenpo no creemos que con un solo golpe se acabe una pelea. Cualquiera que haya padecido una situación de enfrentamiento real, sabe que la persona que tienes enfrente no es ningún muñeco de madera o una columna al que podemos pegar a placer.

Un cuento Zen tradicional narra la historia de un Samurai que peleó con un hombre que no tenía la menor idea del manejo del sable. Este hombre estaba condenado a muerte por un delito que había cometido, y el Samurái le dio la oportunidad de morir con honor en el duelo. El Samurai venció y mató al hombre condenado. Comentó más tarde a sus alumnos que había sido el duelo más difícil de ganar que había hecho en toda su vida; pues, aunque el hombre era lego en el manejo del sable, luchó con desesperación y el Samurai le venció por un sablazo dado más por suerte que por técnica, como él mismo reconoció más tarde.

Cuando una persona está físicamente amenazada, el cerebro dispara un instinto primario de supervivencia. La epinefrina, la norepinefrina y las endorfinas son disparadas al sistema endocrino produciendo el efecto que comúnmente se conoce como "descarga de adrenalina" y que multiplica la fuerza que habitualmente tienes. Las endorfinas tienen como misión acabar con el dolor, consecuentemente en la situación descrita te hacen ser casi insensible al dolor. El ritmo cardiaco, la presión de la sangre y la respiración se incrementan paso a paso, rápida y automáticamente, creando un gran suplemento de sangre oxigenada necesaria para que el cuerpo sostenga el violento gasto de energía surgido de una situación límite. Todo este proceso es el que te permite pelear o huir tan rápido como nunca lo habías hecho.

La situación descrita supone que la pelea nos hace regresar a un estado de animalidad, regresión producida al despertarse el instinto de supervivencia.

Con lo descrito anteriormente tan sólo quiero hacer notar que los que practicamos Kenpo y, lo que es más importante, los que enseñamos el sistema, somos absolutamente conscientes de que en una situación real dada, no se podría ejecutar una técnica de defensa personal tal y como la enseñamos en el gimnasio. Lo que enseñamos son unas respuestas sistemáticas a unos ataques también sistemáticos y tipificados. Tanto los ataques como las respuestas responden a una metodología progresiva. Pues las técnicas de defensa personal del Kenpo Karate pasan por tres fases:

1. La primera sería la "Fase Ideal". Si diseccionáramos una técnica en sus componentes, la fase ideal sería la primera respuesta tipificada ante un ataque. Se compone de una estructura específica lo que habitualmente llamamos “técnica de programa" . En definitiva no es más que una secuencia seleccionada que tendría como consideración principal el anticipar las reacciones que se pueden derivar de la aplicación de estos movimientos.
2. La segunda fase, es aquella en la que nos planteamos "qué pasaría si…” Esta fase implica que se añadan variables a la fase ideal. En esta segunda fase deben ser evaluadas y proyectadas en la técnica, tanto las acciones esperadas como las inesperadas por parte de tu oponente.
3. La tercera y última fase es la que denominamos de formulación. Aquí se desarrolla la creatividad del estudiante en la aplicación de los conocimientos adquiridos tanto en ¡a práctica de la técnica básica como en las de defensa personal. Esta fase se puede ejercitar de dos formas: El estudiante se enfrenta ante un ataque inesperado teniendo que utilizar toda la habilidad adquirida para neutralizar ese ataque. La otra forma será la respuesta no tipificada ante un ataque tipificado; esto es, ante un ataque preestablecido buscar y desarrollar nuevas alternativas creadas por el estudiante. Estas alternativas nuevas se pueden añadir tanto a la fase ideal como a la segunda fase.

El Instructor de Kenpo no es tan ingenuo como para pretender que en la calle se puede aplicar una técnica de doce o más golpes. Pero sí ha de ser consciente y debe enseñar que cada uno de esos golpes es aplicable a una situación dada que no se tiene porque ajustar a la situación original enseñada en el gimnasio (técnica ideal).

Como dijo el Maestro Parker: En Kenpo, no pretendemos aprender a matar al adversario varias veces, sino que nuestro objetivo es superarnos cada vez más en nuestra propia habilidad" (The Zen of Kenpo).

1 comentario:

  1. Pienso que un error generalizado que existe es que se piensa que una técnica, cuanto más golpes tenga más efectiva es. De ahí que muy a menudo se oye el comentario, después de haber enseñado una técnica es: pero ¿no se queda demasiado entero? o ¿eso funciona?

    Con el sibok Viciana cuando entrenamos shaolin Kenpo, lo que hace más hincapié es en la primera parte de la técnica, es decir, ante una ataque, desarrollar una respuesta tal que, como dice el sijo Castro, nos coloque en una situación que nos permita golpear al oponente y que éste no nos pueda golpear. Dada la dificultad de llegar a esta situación, en las clases entrenamos mucho el timming, las angulaciones y la velocidad.

    El resto de las técnicas son recursos válidos para diferentes situaciones en una pelea. Como bien dice el sibok Viciana, en una pelea en la calle, seguro que no nos sale una técnica tal cual la hemos aprendido. Lo importante es tener recursos.

    Si se queda demasiado entero o si funciona, evidentemente es importante, pero es más importante, como he dicho antes el tener recursos. El que se quede demasiado entero no depende de si se le dan más o menos golpes, depende de la cómo se den, con más o menos puntería, velocidad o potencia.

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